Parece tener orígenes cristianos
la expresión “No se ama aquello que no se conoce” la
influencia histórica Europea en todo el ámbito Ruso y su cultura en general, léase
Pedro el Grande, Catalina II y ya más recientemente la que fue capaz de
derrotar a Napoleón y a la Alemania Nazi, son solo gruesas pinceladas de esta
relación, como por otra parte es innegable la influencia de Pushkin, Glinka,
Gogol, Tolstoy, Turgenev, Dostoevsky, Chekhov, Repin, Tchaikovsky y tantos
otros en la cultura Europea, sin embargo hay que reconocer que en el pasado
eran solo unas determinadas élites las que tenían acceso a este “intercambio
social y cultural” anteriormente, en la
Rusia de los Zares y después con la revolución a partir de 1917 se produjo una segregación entre Rusia y la realidad
cultural, económica y política Europea, sucediendo lo mismo en Europa, donde
por ejemplo en los libros de geografía escolares una línea roja indicaba el fin
de Europa y a partir de allí todo era “URRSS” son muchos los que todavía hoy por
desconocimiento de la realidad post-soviética siguen tomando por “rusos” a ciudadanos
Ucranianos, Bielorrusos, Kazajos etc.
Así pués todo lo que sea mejorar la interconexión entre
España y por defecto Europa con Rusia debería ser de vital prioridad política, se deberían facilitar todas aquellas medidas
que promovieran el contacto y el conocimiento mutuo, para ello es necesario el
dar por concluida la etapa post-soviética en la que la inmigración
descontrolada procedente de las antiguas republicas soviéticas no tenía cabida
en nuestra “Europa del bienestar” tiempos en los que internet estaba plagado de
agencias de contactos que ofrecían la posibilidad de casarte rápidamente con
espectaculares señoras dispuestas a casi todo con tal de entrar en
Europa. En solo unos años la evolución de la economía rusa ha sufrido un
despunte colosal, por lo que no solo, ya no existe una demanda migratoria sino
que muy al contrario las perspectivas laborales y económicas en Rusia superan
con creces las Españolas, y curiosamente, no son pocas las empresas españolas
que luchan para hacerse un hueco en la nueva Rusia. La reciente medida del
gobierno español de ofrecer el permiso de residencia a compradores no
comunitarios de una vivienda en España es otro ejemplo de las perspectivas de
llegada de nuevos inversores. Llegados a este punto a día de hoy no tiene
sentido continuar con la exigencia de visado entre las partes y es, de cada día
más insostenible tanto la postura Europea de exigir la reducción de lo que se
llaman pasaportes de servicio como por parte de Rusia el poner obstáculos a la
implantación del pasaporte biométrico y a la mejora de los procedimientos de
control aduanero además de crear un sistema de intercambio de información con
la Interpol, esperemos que sean los últimos escollos que quedan para la que
siempre debió ser unión fraternal entre los dos pueblos y recordando el
proverbio “No se ama aquello que no se conoce” permitir finalmente la unión de
lo que muchos vemos como, la verdadera Gran Europa
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